Los conjuros son una fórmula mágica, en la cual se realizan diversos actos mágicos, como hechizos, invocar una divinidad o una fuerza sobrenatural para intervenir y exorcizar algún mal.
La mayor parte de testimonios de conjuros mágicos fueron destruidas en muchas culturas tras el éxito de las grandes religiones. Los conjuros se diferencian de otras formas de magia como rezos, palabras, patrones, recetas y práctica. Existen varios ejemplos de antiguos conjuros, estos conjuros se encuentran en el Libro de los Muertos y describen los rituales mágicos que acompañan los procesos de embalsamamiento y enterramiento, los cuales fueron recuperados. Actualmente se realizan conjuros para atraer a un ser amado, para alejar a una persona no deseada o para recuperar a una persona.
Uno de los conjuros más populares en toda la historia, ha sido el «Abrakadabra», esta palabra es usada como hechizo o encantamiento en trucos de magia escénica. Históricamente se creía que tenía poderes curativos cuando estaba inscrita en un amuleto.
También existen los conjuros llamados abrecaminos, estos nos ayudan a abrir nuestros caminos y alejar las malas energías de nuestro camino.
Elementos para los conjuros:
- Se debe preparar los lugares y materiales necesarios para realizar el hechizo o el conjuro, las personas que van a tomar parte en el mismo pueden realizar diversas actividades previas como el ayuno y la oración.
- Se crea un entorno mágico apropiado para poder iniciar con el acto litúrgico o ritual.
- Luego se empieza a invocar las fuerzas sobrenaturales que habrán de llevar a la realidad el hechizo o el conjuro.
- Después, se realizan los actos mágicos ritualizados que constituyen el núcleo del hechizo.
- Por último, se ofrece a las fuerzas sobrenaturales una ofrenda que puede ser simbólica o tangible para ganar su favor, y así dar clausura al acto y disolver el entorno mágico que se creó durante la apertura del hechizo o el conjuro.